domingo, 17 de mayo de 2020

Periodo 2 Ejercicio 4 Artes Plásticas 8 y 9 Hector Pabon


Plan de Mejoramiento Aprende en casa. Grados 8 y 9. Artes Plásticas. Periodo 2 Ejercicio 4.                 Docente Héctor Pabón

Lucía Sánchez
Las robaron en 1988 en la inspección de Pradera, San Agustín y las tenían en Europa. Fueron recuperadas y serán devueltas a Colombia.
El primero de agosto de 2011 regresaron a Colombia 256 piezas arqueológicas que habían sido recuperadas en Dinamarca. Dentro del masivo grupo de elementos de la historia nacional, había uno que destacaba y que, de hecho, fue el que permitió avisar a las autoridades colombianas de que las piezas estaban a punto de ser vendidas a puerta cerrada por una prestigiosa firma de subastas en Europa: una estatua de 76 centímetros de altura, perteneciente a la cultura San Agustín.
Se trataba de la estatua número 155, que había sido robada el 12 de diciembre de 1988 en la inspección de Pradera, municipio de San Agustín. Aunque no sería la primera ni la última vez que un elemento de estatuaria o cerámica de esta cultura prehispánica se aparecía en diferentes naciones y podía ser repatriado por las autoridades colombianas, la verdad es que se desconoce con precisión cuántas piezas han salido del Huila y del país, en ocasiones vendidas como réplicas. Por lo tanto, se ignora cuántas permanecen en museos públicos o colecciones privadas en el exterior, a punto incluso de ser subastadas, y hasta qué punto puede adelantarse o no un proceso –prolongado y muy costoso- de recuperación y repatriación.
En estas acciones hay la participación de al menos trece entidades, como la Procuraduría, el Ministerio de Cultura, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh; la Dijín, la Dian, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Fiscalía, entre otras, que trabajan en un comité para la educación y prevención del tráfico de bienes culturales desde diciembre de 2005.
 Esta es una de las estatuas que se encuentra ubicada en San Agustín.


    
Un tráfico mayor
Una de sus tareas es adelantar reclamaciones de estas piezas que están en casas de subastas o en manos de la justicia de otros países. Este trabajo es complejo porque, para comenzar, cuando aparece una pieza en el exterior -como el caso de la estatua 155 de San Agustín- Colombia debe demostrar que se trata de un precolombino original, que pertenece al patrimonio nacional y que, además, fue sacado del país ilegalmente.
Información suministrada por el Ministerio de Cultura señala que desde 1998 a 2007 se repatriaron 83 piezas de diferentes culturas precolombinas. Luego regresaron 11 desde Nueva Orleans (Estados Unidos) y 72 desde Francia. Y en agosto de 2011 llegaron 256 bienes pertenecientes al Patrimonio Arqueológico colombiano, provenientes de Dinamarca. Allí venía la estatua que sería subastada por la casa de subastas Bruun Rasmussen en Copenhague, gracias a que eI Icanh estableció contactos con el Consejo Internacional de Museos (Icom, por su sigla en inglés), para fomentar la protección de bienes arqueológicos ilícitamente exportados desde Colombia. En la reunión internacional para la elaboración de la “lista roja de bienes culturales latinoamericanos” del Icom, la representación de Colombia incluyó las estatuas de San Agustín como un tipo de bien cultural en peligro.

‘Pequeño museo’
Por ello mismo, en la semana que termina llamó tanto la atención el “pequeño museo” que las autoridades de España pusieron en manos de Colombia, luego de que 691 piezas de arte precolombino fueran confiscadas once años atrás a una red de narcotraficantes. “Es un día muy especial para Colombia”, dijo el embajador de Colombia en España, el exministro de Justicia y de Interior Fernando Carrillo Flórez, al recuperar las piezas, desde el Período Formativo tardío (1.000-1.400 antes de nuestra era) hasta los siglos XVI y XVIII, incautadas por la policía española en 2003 durante una operación contra traficantes.
“La llegada de estas casi 700 piezas a Colombia es uno de los acontecimientos culturales más importantes de los últimos tiempos”, aseguró el embajador, al precisar que el Ministerio de Cultura dará un “lugar de honor” a la colección, en un museo aún por decidir. Las obras no viajarán a Bogotá hasta dentro de uno o dos meses, una vez finalizado el delicado proceso de embalaje de una urna de cerámica cubierta por un busto humano de la cultura Mosquito, una vasija antropomorfa Calima-Malagana, o una pequeña figura masculina con nariguera de oro de estilo Quimbaya tardío. Y, nuevamente, hay aquí también piezas de San Agustín. Su repatriación tomará aproximadamente dos meses. El Ministerio de Relaciones Exteriores asumirá los costos de embalaje y transporte de las piezas hasta Colombia, cuando la Fiscalía General de la Nación las recibirá como lo dicta la orden judicial emitida por las autoridades españolas. En seguida serán entregadas al Icanh que se encargará de su protección y promoción.
 
Desde el comienzo
La salida de piezas de la cultura agustiniana comenzó probablemente con su ‘descubrimiento’. En un informe que publicó en LA NACIÓN, a propósito del centenario de investigaciones científicas sobre San Agustín, el periodista Vicente Silva se refirió a que el hallazgo a comienzos del siglo pasado de esta cultura por parte de Konrad Theodor Preuss representó en realidad el inicio de la pérdida, hasta ahora irrecuperable, de muchas de estas piezas.
“En 1914 el alemán Konrad Theodor Preuss empacó con cuidado un cargamento de estatuas de piedra halladas durante sus exploraciones en fincas del caserío de San Agustín y sin avisarle a nadie, lo envió a lomo de mula y a hombros de indígenas hasta Neiva para embarcarlo por el río Magdalena, guardarlo en una finca de Cundinamarca y llevarlo más adelante hasta Europa”, refiere Silva en su texto “¿Homenaje a un ratero honrado?”.
Agrega Silva que “quince años después de sus excavaciones, el etnólogo, antropólogo y arqueólogo ―conocido como el primer científico que investigó la llamada cultura de San Agustín― admitió en su libro Arte monumental prehistórico que tuvo ‘dificultades sin cuento’ para sacar varias ‘cargas’ de esculturas, moldes de estatuas e infinidad de objetos de cerámica y utensilios de piedra empleados por los escultores. La sola mención de ‘varios quintales’ ―medida de peso equivalente a cien kilogramos― indica que el cargamento pudo llegar a una tonelada”.
Y plantea de nuevo la inquietud por la cantidad de piezas que salieron rumbo a Alemania. “Primero”, relata Silva, “en una carta del 31 de enero de 1914 ―dos meses antes de dejar a San Agustín― dijo que una de las figuras pequeñas halladas ‘ya se empacó para Berlín’, situación que da para pensar que hubo un envío inicial”. Luego, “el 18 de febrero de ese año una recua de mulas llevó a Neiva ‘mi primer cargamento de antigüedades indígenas…’ Más adelante indicó que en abril, al concluir su exploración de tres meses y medio, sus hombres llevaron otras obras hasta la capital del Huila, pero tampoco citó cantidades. A renglón seguido, por una sola vez, señaló que catorce estatuas pequeñas fueron movilizadas entre el Alto de las Piedras, San Agustín y Pitalito, por ‘peones de fuerza hercúlea’. Se presume, entonces, que de Uyumbe, Isnos, Laboyos y otras regiones salieron por lo menos dos cargamentos con más de catorce esculturas empacadas en cajones de madera”.
El reclamo del retorno de estas piezas desde Alemania y otros países a San Agustín lo utilizaron diferentes sectores como fórmula de juicio contra el traslado temporal de 20 estatuas de San Agustín al Museo Nacional de Colombia a finales del año pasado, que finalmente no se llevó a cabo.
¿Qué significa el termino “patrimonio cultural de la nación”?
¿Qué es la cultura Agustiniana? (haga un resumen corto)
¿Por qué repatriar las piezas arqueológicas es importante?
Realiza un dibujo de la escultura agustiniana que se ve en la fotografía
Fecha de entrega mayo22 al correo mikepaes79@gmail.com


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