GUÍA No. 2
NOVENO
Educación Física
Marisol Santamaría C.
Nombre: ______________________________________________________ Curso: __________________
Desarrolle la
guía que encuentra a continuación, es importante que:
2. Debe tenerla en
su carpeta de Educación Física como soporte del trabajo.
Actividad
El Águila y La Gallina
Javier Díaz
"Era
una vez un campesino que fue al bosque cercano a atrapar algún pájaro con el
fin de tenerlo cautivo en su casa. Consiguió atrapar un aguilucho. Lo colocó en
el gallinero junto a las gallinas. Creció como una gallina. Después de cinco años, ese hombre recibió en su casa
la visita de un naturalista. Al pasar por el jardín, dice el naturalista: “Ese
pájaro que está ahí, no es una gallina. Es un águila.” De hecho”,
dijo el hombre. “Es un águila. Pero yo la crie como gallina. Ya no es un
águila. Es una gallina como las otras. “No,
respondió el naturalista”. Ella es y será siempre un águila. Pues tiene el
corazón de un águila. Este corazón la hará un día volar a las alturas”. “No, insistió el campesino. Ya se volvió gallina y
jamás volará como águila”. Entonces,
decidieron, hacer una prueba. El naturalista tomó al águila, la elevó muy alto
y, desafiándola, dijo: “Ya que de hecho eres un águila, ya que tú perteneces al
cielo y no a la tierra, entonces, abre tus alas y vuela!” El águila se quedó, fija sobre el brazo extendido del
naturalista. Miraba distraídamente a su alrededor. Vio a las gallinas allá
abajo, comiendo granos. Y saltó junto a ellas. El campesino comentó. “Yo lo dije, ella se transformó en una simple
gallina”.
“No”, insistió de nuevo el naturalista, “Es un águila”. Y un águila, siempre será un águila. Vamos a experimentar nuevamente mañana. Al día siguiente, al naturalista subió con el águila al techo de la casa. Le susurró: “Águila, ya que tú eres un águila, abre tus alas y vuela!”. Pero cuando el águila vio allá abajo a las gallinas picoteando el suelo, saltó y fue a parar junto a ellas. El campesino sonrió y volvió a la carga: “Ya le había dicho, se volvió gallina”. “No”, respondió firmemente el naturalista. “Es águila y poseerá siempre un corazón de águila. Vamos a experimentar por última vez. Mañana la haré volar”.
Al día siguiente, el naturalista y el campesino se levantaron muy temprano. Tomaron el águila, la llevaron hasta lo alto de una montaña. El sol estaba saliendo y doraba los picos de las montañas. El naturalista levantó el águila hacia lo alto y le ordenó: “Águila, ya que tú eres un águila, ya que tu perteneces al cielo y no a la tierra, abre tus alas y vuela”.
El águila miró alrededor. Temblaba, como si experimentara su nueva vida, pero no voló. Entonces, el naturalista la agarró firmemente en dirección al sol, de suerte que sus ojos se pudiesen llenar de luz y conseguir las dimensiones del vasto horizonte. Fue cuando ella abrió sus potentes alas. Se erguió soberana sobre sí misma. Y comenzó a volar a volar hacia lo alto y a volar cada vez más a las alturas. Voló. Y nunca más volvió.
“No”, insistió de nuevo el naturalista, “Es un águila”. Y un águila, siempre será un águila. Vamos a experimentar nuevamente mañana. Al día siguiente, al naturalista subió con el águila al techo de la casa. Le susurró: “Águila, ya que tú eres un águila, abre tus alas y vuela!”. Pero cuando el águila vio allá abajo a las gallinas picoteando el suelo, saltó y fue a parar junto a ellas. El campesino sonrió y volvió a la carga: “Ya le había dicho, se volvió gallina”. “No”, respondió firmemente el naturalista. “Es águila y poseerá siempre un corazón de águila. Vamos a experimentar por última vez. Mañana la haré volar”.
Al día siguiente, el naturalista y el campesino se levantaron muy temprano. Tomaron el águila, la llevaron hasta lo alto de una montaña. El sol estaba saliendo y doraba los picos de las montañas. El naturalista levantó el águila hacia lo alto y le ordenó: “Águila, ya que tú eres un águila, ya que tu perteneces al cielo y no a la tierra, abre tus alas y vuela”.
El águila miró alrededor. Temblaba, como si experimentara su nueva vida, pero no voló. Entonces, el naturalista la agarró firmemente en dirección al sol, de suerte que sus ojos se pudiesen llenar de luz y conseguir las dimensiones del vasto horizonte. Fue cuando ella abrió sus potentes alas. Se erguió soberana sobre sí misma. Y comenzó a volar a volar hacia lo alto y a volar cada vez más a las alturas. Voló. Y nunca más volvió.
1.
Escribe cual crees que es la moraleja de la lectura.
2.
Que tienes del aguila
3.
Que tienes que cambiar para no ser la gallina.
4.
Qué relación tiene la lectura con el cooperativismo.
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